El entretenimiento durante un vuelo es vital para no morir de aburrimiento y para distraer las mentes de los nerviosos pasajeros. Por eso, las aerolíneas ofrecen una interesante selección de películas y documentales para que el viaje se haga lo más llevadero posible. El problema surge cuando en el menú de películas de los cabeceros de cada asiento tenemos una sobre catástrofes aéreas.
La aerolínea australiana Qantas pensó que sería una buena idea ofrecer a sus pasajeros la opción de ver (y menos mal que era opcional y no la proyectaron en la pantalla gigante sin posibilidad de escape) la película El vuelo (Flight) durante un ciclo tres meses. El film protagonizado por Denzel Washington trata precisamente de un drama aéreo: piloto ebrio, avería del avión, caída en picado, aterrizaje forzoso, muertos… Ideal para acabar con la mayor parte de la tapicería del apoyabrazos incrustada entre tus uñas.
Según los portavoces de la aerolínea, los pasajeros que elegían ver esa película eran avisados de antemano de la naturaleza de ésta. Además, dicen que evitan las películas excesivamente violentas o sensibles para ciertas culturas. Lo cierto es que, el hecho de ver la oferta de El vuelo (Flight) la en el propio menú no ayuda mucho a tranquilizar a los pasajeros que lo pasan realmente mal mientras desafían las leyes de la naturaleza y la gravedad.
Lo que no sabemos es cuántos valientes pasajeros de Quantas eligieron ver El vuelo (Flight) durante su viaje. Puestos a elegir, Aterriza como puedas es una alternativa mucho mejor. Por cierto, que en la loca comedia aérea del trío ZAZ los pasajeros eran amenizados… ¡con películas de accidentes aéreos! La realidad, una vez más, supera a Hollywood.
